Club Salandar, formando (charla en Cantaracillo) y disfrutando (por Gredos)


Después de una semana primaveral, otra más en medio de este invierno poco frío, llegó un fin de semana muy activo para los socios y amigos del Club Salandar.





Por un lado, algunos socios compartimos la mañana del sábado en Cantaracillo, pueblo vecino y amigo, para participar con ellos en una charla sobre el mundo de la montaña. Y es que, como siempre hemos defendido, no hay mejor cosa que la formación y la información para prevenir y disfrutar seguros del entorno natural.
Aunque ya lo hicimos en directo, damos las gracias a la asociación cultural El Calentejo de Cantaracillo por la invitación. Espero que los asistentes disfrutaran de las fotos, las experiencias y los aspectos formativos.



También nos encanta su actitud de lucha por dinamizar el pueblo, por organizar actividades sociales, culturales, deportivas, etc., por proteger el patrimonio, aumentarlo, plantar árboles… y hacer, en definitiva, que el pueblo siga creciendo (en lo físico, lo cultural, lo natural, lo humano…) y no quede en el olvido. Bastantes zancadillas nos ponen ya desde otros frentes, ¡hay que mantener el arraigo! Supongo que costará poner a todos los vecinos de acuerdo, pero allá va nuestro ánimo y aliento, seguro que desde la Asociación necesitan gente para seguir ‘dándole al coco’, crear nuevas actividades, imaginar nuevos proyectos, otros retos para todos… Dicen que nunca hay que dar un paso atrás, sólo para coger impulso y sin tropezar, ¡mucha fuerza y vamos todos juntos! Espero que la comunidad de Cantaracillo participe organizando y disfrutando en/de la Asociación y sus actividades; no es fácil tener el respaldo mayoritario, pero habrá que luchar entre todos por nuestros pueblos y sus gentes…
[Gracias al alcalde por su predisposición; a Pepe y a Medes por contar con nosotros, la charla, las cañas y las fotos].




Y ese mismo sábado, con una meteorología benévola, otros tantos miembros del peñarandino club Salandar realizamos una ruta clásica en nuestra querida sierra de Gredos, concretamente la ascensión invernal al pico de La Mira.
Aunque nos pese, la poca nieve caída este invierno se va perdiendo a marchas forzadas; aun así, la montaña nos permitió, dependiendo de las zonas, el uso de raquetas y bastones en las partes más llanas del recorrido, así como de crampones y piolet en las zonas más expuestas y de fuertes pendientes. Por cierto, una vez más fuimos testigos de varias negligencias ajenas, tuvimos que auxiliar a algunas personas que se habían (mal)animado a subir a zonas para las que no estaban preparadas ni técnicamente ni con material adecuado (bien los había venido a estos chicos haber acudido a la charla matutina que Salandar impartió en Cantaracillo).




Un día estupendo que nos permitió, una vez más, disfrutar en el macizo central de Gredos de esta magnífica afición que tan buenos momentos nos proporciona.
[Gracias a El Mi Juli por las fotos].

Y el domingo algunos salandareños salieron con las bicicletas todo terreno a disfrutar del sol de la primera hora de la mañana y sufrir con el viento que se apoderó rápidamente del entorno.
Otros tantos socios y amigos del club Salandar estuvieron contribuyendo a la seguridad y compitiendo en el trail de Tres Valles, en nuestra querida Sierra de Francia-Las Batuecas. Un día duro para correr por la montaña, ¡vaya valientes!
Otro grupo se acercó hasta la zona de Béjar y Candelario para realizar una actividad invernal interesante: travesía para hacer cumbre en el Calvitero (la única que se pudo ejecutar por la mala meteorología), la Ceja y una incursión en el circo de Hoya Moros.
La mañana apuntaba bien, con buenas vistas de la sierra, pero el fuerte viento rápidamente trajo nubes que cubrieron todo en pocos minutos. La falta de nieve en la zona próxima al Travieso ha dejado al descubierto la desoladora imagen de los restos del incendio que se ha llevado buena parte de los piornos de la ladera. La imagen es fea y desagradable. El camino sin nieve es evidente y luego en la nieve los restos de una huella fácil de seguir nos lleva hasta la cumbre del Calvitero de la que tuvimos que bajar rapidito porque las condiciones se tornaron duras, con mucho viento y bajas temperatura que no dejaron disfrutar de la cima. No se pudo hacer nada más, la montaña dijo que cada uno para su casa y tuvimos que dejar el resto de cumbres para otro día; al menos tuvimos la oportunidad de progresar con crampones y piolet sobre nieve dura.
Os dejo con un vídeo que pudo grabar, con el permiso de Eolo, el amigo Carlos Elías.



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