Balneario de Panticosa (cerca)-Cabaña del Cerbillonar (cerca de Bujaruelo), GR11, Pirineos

Día 17: Balneario de Panticosa (cerca)-Cabaña del Cerbillonar (cerca de Bujaruelo), GR11, Pirineos

Recogida lenta de trastos porque hoy el día se presentaba lluvioso… Según nos comentaron dos hermanos el día anterior, ‘hoy no merecía la pena madrugar porque daban lluvia hasta las 12 del mediodía’. Y así fue…
Nosotros salimos de nuestro particular palacio a las 11, más o menos, después de comernos las uñas viendo caer, con ganas, el agua del cielo durante toda la mañana.



La bajada hasta el Balneario de Panticosa no es muy larga, pero sí empinada, con mucha piedra, vueltas y revueltas, cruces con cascadas, vistas espectaculares y un paisaje que enamora. Llegamos, ya sin lluvia, hasta el refugio de Casa de Piedra (1636), junto al balneario de Panticosa. ¡Vaya emporio tienen allí montado! Tomamos unos frutos secos, barrita, crema solar y el guarda de Casa de Piedra nos indica que debemos buscar unas escaleras para iniciar la ascensión por el GR11… Hacia las escaleras vamos y por el camino, junto a los austeros edificios de principios del siglo pasado que contrastan con las cristaleras y algunas edificaciones de aire moderno, nos encontramos con una gran multitud. Hombres y mujeres de todas las edades, correteando por los cuidados jardines, almorzando en terrazas o sillas propias… ¡Vaya contraste!
Si nos dan un rato más nos quedamos con la tribu de batas blancas a disfrutar de unos lodos, saunas, masajes, baños de contraste, jacuzzi de relajación o lo que se tercie…
Nos vamos para arriba, que nos espera una larga y empinada cuesta.
La subida aquí también tiene lo suyo… Un buen número de zetas en el sendero hacen que vayamos cogiendo altura poco a poco, desde la zona de pinos inferior hasta las pedreras que nos llevan a los ibones del Brazato (el Inferior, el del Brazato represado en el que están haciendo obras para ampliar la capacidad, y los Altos, bien bonitos a los pies de los Picos de Labaza). Tiempo para unas fotografías y continuar atravesando la ladera rota, pedregosa, con grandes bloques de granito, que nos lleva hasta el Cuello Alto del Brazato desde donde tenemos unas maravillosas vistas de la Bignamale, una inmensa mole que merece un respeto (y una vuelta, que dejamos pendiente para otro día).
Bajada hasta la preciosa zona de los Ibones de los Batanes, con la impresionante montaña de la Bignamale siempre marcando nuestro rumbo… ¡Vaya montaña!, si tiene hasta su propia niebla encima, como las grandes cimas… Hacemos un alto en el camino y refrescamos las piernas en las frescas aguas de los ibones, comemos una barrita, hacemos acopio de agua y seguimos con la ruta, que en breve nos mete en el bello valle del Ara…
Hoy nuestra meta estaba en Bujaruelo, pero como la tarde se nos ha echado encima y pensamos que el refugio estará lleno, decidimos hacer noche en la cabaña del Cerbillonar, a unas dos horas de San Nicolás de Bujaruelo. La cabaña, con dos pequeñas habitaciones (una de ellas con varias bolsas de basura arrinconadas, una vergüenza y punto negativo para la gente que pasó por allí y dejó el trabajo para otros…), estaba vacía y al rato se nos unieron dos compañeros vascos. Llenamos las cantimploras para que se vaya depurando el agua y aprovechamos los últimos rayos de sol para darnos un estupendo baño en el riachuelo que bajaba desde el cañón de al lado. Cenita caliente, chascarrillos varios y al saco, que mañana nos espera otro día.
A media noche nos despiertan los ruidillos de un lirón, ¡seguro que era careto! Da gusto ver al bichillo olisquear en las cazuelas y trepar por las paredes…


Los números de la jornada de hoy, sacados del GPS de Joaquín machine, tampoco están mal:
-Tiempo total: 8h53´.
-Tiempo andando: 4h20´.
-Distancia recorrida: 16.89 kilómetros.
-Ascensión acumulada: 1173 metros.
-Descenso acumulado: 1388 metros.

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