Ascensión invernal al Almanzor, por la Norte. Javi 4000 y Jose Antonio “el de Villarino”

El viernes 19 de enero de 2008 llegamos al refugio Elola, en el circo de la laguna Grande de Gredos, con ganas de acometer una empresa montañera que desde hace dos años llevamos intentando. Esto del cambio climático y la falta de nieve-hielo habían hecho inútiles nuestros anteriores intentos.

A las 05 h, con la fresca, nos levantamos. Bajamos a preparar las cosas y a desayunar, cuando nos encontramos con que “alguien” había entrado por una ventana que los del refugio habían dejado abierta y se había zampado la mitad de nuestro desayuno y todo el de otro grupo que también habían dejado preparado (había restos de pequeñas huellas de animal en la encimera). De regreso al refugio explicamos lo ocurrido a Óscar, el guarda, puesto que el otro grupo, que se levantó más tarde, seguro que pensó que habíamos sido nosotros los que habíamos hecho el “trabajo”).

Salimos del refugio a las 06 h con los frontales e iniciamos la aproximación a la Norte del Almanzor, una vía a la que la teníamos muchas ganas. Dos horas nos llevó, pero como era la 4ª vez que acudíamos a ella lo teníamos claro, así que a las 07:45 con las primeras luces del alba, llegamos a pie de vía. No estaba en muy buenas condiciones y parecía que la ascensión iba a ser en un claro mixto.

Nos preparamos y a las 08 h iniciamos la ascensión. El primer largo mixto con dos resaltes rocosos que exigían precaución. Reunión en la bifurcación de la canal. El segundo largo es el clave, debería haber un resalte de unos 8 metros de hielo, pero con este tiempo, era roca y bien seca. No será más de IV, tiene dos clavos y los friends entran bien, así que incluso con los crampones no se pasa mal del todo. Reunión en unas rocas a la derecha de la canal. El tercer largo se ve íntegro por una canal con pequeños resaltes que se pasan fácil, reunión en la misma canal (aquí dejamos un empotrador y dos clavos), y acometemos el último largo ya hasta la brecha entre las dos cimas, a donde llegamos a las 12:45 h.

Había varias personas que habían subido por la normal de la portilla del crampón, vía que en su parte final, en esta época, debido a las condiciones de nieve y hielo, exigía extremar las precauciones. Se sube relativamente bien, pero bajar sin material es otra historia. No sé cómo la gente sube en condiciones tan precarias o pone en peligro su integridad en condiciones que luego no es capaz de superar. Alguno estaba más que preocupado por el descenso que les esperaba así que nos ofrecimos a echarles una mano con el descenso: montamos el rapel con nuestras cuerdas hasta las inmediaciones de la portilla del crampón, que fueron utilizadas para el descenso en rapel de cuatro personas que allí se encontraban. El colmo fue un personaje que estaba sin arnés, y muy poco convencido de acometer el descenso destrepando, así que con un arnés de fortuna lo descolgamos por el tramo final de la vía normal. Estuvimos casi hora y media bajando gente. Hoy por ti mañana por mi, en montaña ya se sabe, todos alguna vez nos hemos enmarronado y nos hubiese venido muy bien la ayuda de alguien ¿no?

Regreso al refugio y a la plataforma, que el domingo habíamos quedado con nuestros compañeros y amigos del Club Salandar en las inmediaciones de las lagunas del Trampal, pero esto es otra historia.

Saludos y a disfrutar.

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